Mi historia
Soy Alejandro Finocchiaro, político, docente y un apasionado de la educación
Nací en San Fernando, provincia de Buenos Aires, el 27 de agosto de 1967.
Cuando era chiquito viví en Chivilcoy, en el interior de la provincia de Buenos Aires, y luego fuimos a vivir con mis abuelos en Vicente López.
Finalmente nos instalamos en Villa Constructora, en el corazón de La Matanza.
Entre mudanza y mudanza, le pedía a mamá que me leyera libros. Cuando tenía 4 o 5 años, ella me enseñó a leer. A partir de ese momento, Salgari, Verne y las narraciones mitológicas fueron parte de mi días, además del fulbito en las calles de mi barrio con arcos hechos con ladrillos. A los 10 años, interesado por lo que sucedía en el mundo y en nuestro país, comencé a leer los diarios.
Al ritmo de las mudanzas, cursé la primaria en distintas escuelas públicas de la provincia de Buenos Aires; la secundaria, en la escuela parroquial Nuestra Señora de Fátima, en Lomas del Mirador. En esta etapa, mientras vivía mi primer amor, y mi primer desengaño, se despertó en mí la pasión por la política.
En 1983, con el retorno de la democracia, empecé a ir a actos de diferentes partidos políticos porque me resultaban fascinantes.
Mientras estudiaba abogacía en la Universidad de Buenos Aires, milité en la Unión para la apertura universitaria (UPAU), una agrupación liberal que daba una gran batalla cultural en los años 80 y le llegó a ganar a la Franja Morada, dominante en aquel entonces, varios centros de estudiantes, entre ellos Derecho.
Si hay algo que mi viejo me inculcó con su ejemplo fue la cultura del trabajo y el esfuerzo. Por eso le agradezco tanto a Don Domingo, papá de mi amigo Pichi, haberme dado mi primer trabajo en su pool de Lomas de Mirador para que yo pudiera costear mis estudios universitarios.
El tiempo pasó y años más tarde hice una maestría en Educación en la Universidad de San Andrés y luego un doctorado en Historia en la Universidad del Salvador.
Desde hace 25 años soy profesor universitario. Doy clases de “Teoría del Estado” en la Facultad de Derecho de la UBA, y de “Derecho Político” en la Universidad Nacional de La Matanza, en donde también fui decano del Departamento de Derecho y Ciencia Política durante 8 años. Sin duda, dar clases es una de las cosas más gratificantes para mí.
Ceci es la mujer de mi vida y nuestros hijos, Ale y Sophi, la concreción de nuestro sueño de familia. Me encanta estar en casa con ellos y también con nuestra gatita Oli, que alegra nuestros días.
Entre el 2015 y el 2017 fui Director General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, donde impulsé cambios profundos para mejorar la educación y vincularla a la cultura del trabajo. El mismo camino seguí cuando estuve al frente del Ministerio de Educación de la Nación, entre 2017 y 2019.
Como en las etapas anteriores, hoy desde mi banca de diputado nacional, es un orgullo ser parte de un equipo que todos los días trabaja por construir la Argentina que todos soñamos.